Estarás de acuerdo con nosotros en que la cojera en perros es un signo que no debe, en ninguno de los casos, pasarse por alto, ya que puede indicar desde una lesión leve hasta problemas articulares más graves o, incluso, enfermedades degenerativas.
Aunque, en la gran mayoría de los perros, el síntoma es visible, determinar su origen requiere de una cuidada atención, así como de cierto conocimiento. Por eso, en el siguiente artículo, desde VetCeutics, entramos en detalle en las causas más frecuentes de la cojera en perros, los síntomas que te pueden ayudar a identificarla y los tratamientos más efectivos para que tu perro recupere su movilidad y calidad de vida. ¡Toma nota!

Causas de cojera en perros
Como decíamos, la cojera en perros es un signo que nunca debe pasarse por alto, ya que puede indicar desde un simple golpe o sobreesfuerzo hasta enfermedades articulares o degenerativas más graves.
En cualquier caso, identificar la causa correcta es fundamental para garantizar la recuperación y el bienestar de tu mascota. ¿Cuáles son las causas de cojera en perros más frecuentes?
1. Lesiones traumáticas
En primer lugar, las caídas, golpes o accidentes pueden afectar a los huesos, articulaciones y músculos, pudiendo variar su gravedad.
2. Artritis y artrosis
Por otro lado, distinguimos la artritis y la artrosis: La artritis es una enfermedad degenerativa que afecta a las articulaciones. Es más común en perros mayores o en ciertas razas predispuestas genéticamente. La artrosis, en cambio, provoca rigidez y dolor crónico, y es una de las causas más habituales de cojera intermitente.
3. Luxación de rótula
En tercer lugar, la luxación de rótula se produce cuando la rótula se sale de su posición normal, causando dolor y alteraciones en la marcha. Es frecuente en razas pequeñas y puede ser congénita o adquirida.
4. Lesiones de ligamentos
La rotura del ligamento cruzado anterior es común en perros activos y atléticos, provocando inestabilidad de la rodilla y dolor intenso.
5. Infecciones y cuerpos extraños
Por otro lado, las heridas en las almohadillas, espigas o abscesos pueden también provocar una cojera aguda. A veces, el perro cojea de una pata pero no le duele, lo que requiere revisión veterinaria para descartar cualquier tipo de infección.
6. Enfermedades sistémicas
Además, algunas enfermedades, como la leishmaniosis o la enfermedad de Lyme, afectan articulaciones y tejidos conectivos, manifestándose con cojera.
7. Problemas óseos o hereditarios
Por último, la displasia de cadera, la displasia de codo, la osteocondrosis o los tumores óseos también pueden causar cojera crónica, a menudo progresiva y difícil de detectar en fases tempranas.
Síntomas de la cojera en perros
Los síntomas de la cojera en perros pueden variar ampliamente según la causa subyacente y la gravedad de la afección. Así, algunos perros muestran signos leves que apenas se notan al caminar, mientras que otros presentan una cojera evidente o incluso incapacidad para apoyar la pata afectada.
Además, la cojera puede ser intermitente, aparecer tras el ejercicio, después de largos periodos de descanso o mantenerse de forma continua. En cualquier caso, reconocer estos signos a tiempo es clave para tener un óptimo diagnóstico y poder aplicar así un tratamiento eficaz.
- Elevación de la pata: El perro evita apoyar la extremidad afectada.
- Hinchazón o enrojecimiento: Común en lesiones o infecciones.
- Rigidez: Sobre todo en artritis o artrosis.
- Cambios de postura: Inclinar el cuerpo para compensar el dolor.
- Cojeo intermitente o constante: Puede aparecer tras el ejercicio o después del descanso.
Si observas que tu perro cojea de una pata delantera o tras cualquier actividad, es crucial evaluar la situación y acudir al veterinario
¿Cómo se clasifica la cojera en perros?
Como veníamos comentando, la cojera en perros no siempre se manifiesta de la misma manera, por lo que entender e identificar sus distintas formas es clave para tener un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Según la duración, la gravedad o el origen del problema, los veterinarios pueden clasificar la cojera de diferentes maneras, lo que permite determinar con mayor precisión la causa y diseñar un plan de recuperación efectivo:
Por gravedad
En primer lugar, la cojera en perros se puede clasificar por gravedad, abarcando desde leves molestias apenas perceptibles hasta incapacidades severas que afectan su movilidad diaria:
- Grado I: Leve, apenas perceptible.
- Grado II: Moderada, intermitente.
- Grado III: Significativa, afecta la movilidad.
- Grado IV: Severa, cojera constante o incapacitante.
- Grado V: Extrema, no hay apoyo de la pata.
Por aparición
En segundo lugar, la cojera en perros puede presentarse de forma aguda o crónica. La forma aguda aparece de manera súbita, generalmente como consecuencia de un trauma o lesión reciente, mientras que la cojera crónica se desarrolla de forma progresiva, habitualmente asociada a enfermedades degenerativas o afecciones articulares que empeoran con el tiempo.
Por origen
Por último, la cojera en perros también puede clasificarse según su causa subyacente:
- Traumática: Fracturas, luxaciones, esguinces.
- Inflamatoria: Artritis, bursitis, tendinitis.
- Neurológica: Hernias de disco, neuropatías.
- Vascular o metabólica: Trastornos circulatorios o metabólicos que afectan huesos y articulaciones.
Tratamiento de la cojera en perros
Entrando en detalle en el tratamiento de la cojera en perros, es importante saber que este dependerá, en gran medida, de la causa y la gravedad de la afección, aunque existen estrategias generales que suelen ser efectivas.
De manera general, limitar la actividad física mediante reposo ayuda a evitar que la lesión empeore, permitiendo que la extremidad afectada se recupere adecuadamente. En muchos casos, el veterinario puede indicar medicación específica, como antiinflamatorios o analgésicos, para aliviar el dolor y la inflamación.
Cuando se trata de fracturas, luxaciones o roturas de ligamentos, la cirugía puede ser necesaria para restaurar la función normal de la extremidad. Por otro lado, la fisioterapia también juega un papel clave, mediante ejercicios terapéuticos, una movilización pasiva y programas de rehabilitación que contribuyen a recuperar fuerza y movilidad.
Por último, los cuidados preventivos son fundamentales, entre los que diferenciamos: mantener un peso saludable, adaptar el ejercicio a la edad y raza del perro, realizar revisiones veterinarias periódicas y cuidar uñas y almohadillas para prevenir lesiones.
Condroprotectores: clave para la salud articular
Además de los diferentes tratamientos y técnicas de prevención, los condroprotectores son fundamentales para mantener la salud de las articulaciones en perros con riesgo de cojera o problemas articulares. Estos suplementos fortalecen el cartílago, reducen la inflamación y mejoran la movilidad, siendo especialmente recomendables en perros mayores o razas predispuestas a la artritis, displasia o luxaciones.
De esta manera, el uso regular de condroprotectores puede retrasar el avance de enfermedades articulares degenerativas, aliviar molestias y mejorar la calidad de vida de tu mascota.
En definitiva, la cojera en perros es un signo que no debe subestimarse, ya que puede indicar desde lesiones leves hasta enfermedades articulares o enfermedades degenerativas más graves. En cualquier caso, los condroprotectores juegan un papel clave en la salud articular, fortaleciendo el cartílago y ayudando a mantener la movilidad, especialmente en perros mayores o de razas predispuestas. ¿A qué esperas a probarlos? ¡Visita nuestra tienda!




