Displasia de cadera en perros: Síntomas, tratamiento y cómo prevenirla

Displasia de cadera en perros

La displasia de cadera en perros es una de las enfermedades articulares más frecuentes y preocupantes en el sector veterinario. De manera general, esta patología puede causar dolor, cojera y pérdida de movilidad, afectando de forma directa la calidad de vida de nuestras mascotas y, aunque su origen suele ser genético, los factores ambientales, la alimentación y el ejercicio también juegan un papel fundamental en su desarrollo.

Hoy en día, gracias a la detección temprana y a los tratamientos innovadores, los perros con displasia de cadera pueden disfrutar de una vida activa y plena. 

En este artículo, desde VetCeutics, te contamos qué es la displasia de cadera en perros, cómo reconocer sus síntomas, cuáles son las opciones de tratamiento más efectivas y qué medidas preventivas ayudan a proteger las articulaciones de tu mascota. ¡Sigue leyendo!

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¿Qué es la displasia de cadera en perros?

La displasia de cadera en perros, también conocida como displasia coxofemoral, es una malformación de la articulación entre el fémur y la pelvis. En lugar de encajar correctamente, la cabeza del fémur se desplaza dentro del acetábulo, lo que genera fricción, inflamación y desgaste progresivo del cartílago.

Esta enfermedad se presenta con mayor frecuencia en razas grandes y medianas como el Pastor Alemán, Labrador, Golden Retriever, Rottweiler o San Bernardo, aunque también puede afectar a perros pequeños como el Bulldog Francés o el Carlino. Entrando en detalle, el problema puede comenzar en la etapa de crecimiento, entre los 4 y 12 meses, aunque muchos perros no muestran síntomas hasta la edad adulta.

Causas principales de la displasia de cadera en perros

La displasia de cadera en perros es una enfermedad multifactorial, lo que significa que su aparición y desarrollo no dependen de un solo factor, sino de la combinación de aspectos como la predisposición genética, factores ambientales y condiciones de movimiento:

Factores genéticos

En primer lugar, la predisposición hereditaria es el factor de riesgo más importante. Los perros cuyos progenitores padecen displasia tienen muchas más probabilidades de desarrollarla.

Nutrición desequilibrada

En segundo lugar, un exceso de calorías, proteínas o minerales durante el crecimiento puede alterar el desarrollo óseo. Por eso, la alimentación del cachorro debe ser controlada y adaptada a su tamaño y edad.

Sobrepeso

El exceso de peso aumenta el esfuerzo sobre las caderas y acelera el desgaste articular, agravando los síntomas de la displasia de cadera en perros.

Ejercicio inadecuado

Por último, tanto la falta de actividad como el ejercicio excesivo o de alto impacto pueden contribuir al deterioro de las articulaciones, especialmente en razas predispuestas.

Síntomas de la displasia de cadera en perros

En cualquier caso, reconocer a tiempo los síntomas de displasia de cadera en perros es fundamental para intervenir antes de que la enfermedad progrese y cause daños irreversibles en las articulaciones. De esta manera, la detección temprana no solo permite aliviar el dolor y mejorar la movilidad del animal, sino que también facilita la implementación de estrategias preventivas y terapéuticas.

Así, los signos de displasia de cadera en perros más frecuentes incluyen:

  • Cojera intermitente o constante en las patas traseras.
  • Dificultad para levantarse, correr o subir escaleras.
  • Dolor al tocar la cadera o la zona lumbar.
  • Movimiento de balanceo o “bamboleo” al caminar.
  • Rigidez, especialmente después del descanso.
  • Pérdida de masa muscular en las extremidades posteriores.
  • Cambios en el comportamiento (apatía, irritabilidad o menos ganas de jugar).

Si observas alguno de estos síntomas, acude al veterinario para realizar un diagnóstico ortopédico mediante radiografías o pruebas de imagen.

Tratamiento de la displasia de cadera en perros

Aunque la displasia de cadera en perros no tiene una cura definitiva, existen múltiples tratamientos veterinarios que ayudan a reducir el dolor, mantener la movilidad y mejorar la calidad de vida del perro.

Entre los tratamientos de displasia de cadera en perros distinguimos:

Tratamiento conservador y médico

El tratamiento conservador y médico de la displasia de cadera en perros se centra en aliviar el dolor, mejorar la movilidad y proteger las articulaciones. Esto incluye la administración de antiinflamatorios y analgésicos bajo supervisión veterinaria, así como programas de fisioterapia y rehabilitación, que pueden incorporar hidroterapia, electroestimulación y masajes para fortalecer la musculatura y mantener la funcionalidad articular. 

Tratamiento quirúrgico

En los casos más graves o avanzados de displasia de cadera en perros, el tratamiento puede requerir la realización de cirugía ortopédica. Entre las intervenciones más utilizadas se encuentran la triple osteotomía de cadera (TOC), que se aplica principalmente en perros jóvenes con el objetivo de mejorar la estabilidad articular; la artroplastia de la cabeza femoral, que consiste en eliminar la parte ósea dañada para reducir el dolor y facilitar el movimiento; y la prótesis total de cadera, considerada la opción más avanzada y eficaz para los casos severos o con artrosis degenerativa avanzada. 

Generalmente, estos procedimientos quirúrgicos se complementan con un programa de fisioterapia postoperatoria y la administración de condroprotectores, lo que ayuda a optimizar la recuperación, mantener la movilidad y prolongar los resultados a largo plazo.

Prevención de la displasia de cadera en perros

Por último, la prevención es fundamental, sobre todo en razas predispuestas. Entre algunas de las recomendaciones clave, desde VetCeutics, destacamos:

  • Control del crecimiento: evita el sobrealimentar a los cachorros; una dieta equilibrada y ajustada al ritmo de crecimiento es esencial.
  • Ejercicio adecuado: promueve el movimiento regular y controlado, evitando saltos o superficies duras.
  • Mantén un peso saludable: el sobrepeso es un factor de riesgo importante.
  • Controles veterinarios periódicos: especialmente durante el primer año de vida.

El papel clave de los condroprotectores

Los condroprotectores o protectores articulares son una herramienta esencial tanto en la prevención como en el tratamiento de la displasia de cadera.

Estos suplementos contienen sustancias como glucosamina, condroitina, colágeno, MSM y ácido hialurónico, que mejoran la lubricación de las articulaciones, favorecen la regeneración del cartílago, reducen la inflamación y el dolor y retrasan la progresión del desgaste articular.

Su uso continuo está recomendado en perros con displasia diagnosticada, pero también en cachorros de razas grandes o perros mayores como medida preventiva. Para ello, existen condroprotectores específicos para cada etapa de la vida y tamaño del perro.

En cualquier caso, la displasia de cadera en perros es una enfermedad compleja, pero manejable con diagnóstico precoz, tratamiento personalizado y una estrategia preventiva adecuada. El uso de protectores articulares junto con una buena nutrición, ejercicio controlado y seguimiento veterinario puede marcar la diferencia entre un perro con dolor y uno que disfruta plenamente de su vida.

Si tu perro muestra signos de cojera, rigidez o dolor en la cadera, consulta cuanto antes a tu veterinario. Detectarla a tiempo y actuar con un plan integral puede garantizarle años de bienestar y movilidad.